Gaceta Mágica: ¿Es seguro Gringotts?

Cae la noche sobre el callejón Diagon cuando me dispongo a escribir la crónica de este día de Halloween desde la habitación en la que me alojo en el Caldero Chorreante. A lo lejos desde mi ventana, distingo el brillo de calabazas aún iluminadas por las velas, flotando dentro de los escaparates de las tiendas ya vacías. Hoy ha sido un día frenético aquí en el centro comercial mágico más importante del mundo, pero algo ha cambiado respecto al año pasado. ¿Acaso estamos estrechando lazos demasiado fuertes con los muggles sin que ellos lo sepan?
No, no me he vuelto loco, no se escandalicen por ahora. A nadie (salvo a Arthur Weasley hace unos años) se le ha ocurrido aún cambiar una escoba por uno de esos vehículos muggles llamados coches. Pero ¿en que medida está afectando al mundo mágico la crisis económico-financiera que sufre el mundo muggle? ¿Están seguros nuestros ahorros en Gringotts?
En declaraciones exclusivas a El Quisquilloso On Line, Borgnuk, Presidente Ejecutivo de la banca mágica ha asegurado que "la ignorancia muggle no ha afectado, ni nunca afectará a nuestro sistema bancario; todos los ahorros depositados están seguros en Gringotts y así será siempre, no tengo más que decir". Si bien uno de los empleados que no ha querido que se desvelase su nombre nos ha confesado que la cantidad de oro Leprechaun depositada estos días había aumentado considerablemente. Pero lo cierto es que la opinión de nuestro venerable amigo duende no es la única que se escucha estos días en el mundo mágico. A la salida de su tienda, esta misma mañana, madame Malkin nos comentaba que "la venta de túnicas nuevas se ha reducido al menos en un 20%. El Ministerio no reconoce nada, pero como siga así ya me puedo olvidar de comprar las entradas para las finales del Mundial de Quidditch."
Juzguen ustedes mismos, queridos magos y brujas. Lo único cierto es que, haya crisis o no, el día de Halloween de hoy ha sido fantástico aquí en el callejón Diagon.
Sin más, despido esta primera crónica desde este mugriento y pequeño, pero caliente y acogedor cuarto del Caldero Chorreante, hasta la próxima, que quien sabe desde dónde será escrita.

Mantuvo al tanto: Mac Potter